jueves, 7 de agosto de 2008

La Música Vallenata como estrategia pedagógica en la Producción Textual

Artículo
Por: Libardo Cañas Vargas, Ciro Rodriguez Contreras y Naddy Florez Castilla

RESUMEN

Melodía inspirada en hechos cotidianos, originado desde lo más profundo del alma nace la música vallenata, un género que ha trascendido fronteras, permitiendo una consolidación en materia cultural de Colombia, a través de acontecimientos enmarcados en la popularidad, y que se hace necesario establecer planes pedagógicos, con el fin de acrecentar más su aceptación dentro de la generaciones actuales y las futuras, sobre todo la canción, esencia de este folclor.

De hecho, los especialistas y puristas del vallenato clásico han sido celosos en preservar y difundir de manera objetiva en todos los niveles sociales las canciones de este género, precisamente porque las historias contadas involucran a todo un entorno. Un entorno, que facilita la creación e inventiva de los compositores, por su sensibilidad y vivir de alguna manera las situaciones que acontecen.

Desde los inicios de este folclor, se han compuesto obras que verdaderamente son joyas musicales con todas sus estructuras: melodía y verso. Así, quien discute, por ejemplo, que la Gota Fría, de Emiliano Zuleta Baquero, no enmarca todo ese sistema musical sencillo y natural, que ahonda en un tema controversial entre dos personas, que al final, sólo son cosas cotidianas de un pueblo espontáneo.
Pero es allí donde se hace necesario ir más allá sobre la importancia que genera la canción vallenata en materia pedagógica, tendiente a mostrar realidades a través de distintas versiones o temáticas. En ese orden de ideas, destacamos el tema “Mujer Marchita”, de Daniel Celedón, grabada por Jorge Oñate; obra que genera discusión y análisis, donde los estudiantes, sobre todo, tendrían la oportunidad de participar de manera activa con sus posiciones, porque en ella se relata un hecho que afecta a toda una sociedad como lo es la prostitución; escenario preciso cuando en la actualidad se adelantan campañas de prevención y concientización para combatir este flagelo.

La verdadera música vallenata, sí tiene elementos fundamentales para crear conciencia y establecer pautas pedagógicas con sus canciones. Sólo se necesitaría un estudio, que abarque toda una estrategia que permita involucrar a diferentes sectores para recoger una serie de propuestas, que serán incluidas en un trabajo didáctico, digno de ser explotado en los colegios, e incluso en universidades.

El compositor Vallenato, aquel que compone cuando le llega la inspiración o cuando aparece la musa, hace obras que deben ser incluidas en programas para su análisis en distintos escenarios. No sólo se deben grabar y comercializar, sino que haya ambición que produzca un efecto más consecuente en el medio social.

Las estrategias que se han implementado para difundir la música vallenata son buenas, pero deberían ir más a lo específico, es decir, enfocarse igualmente en la temática de las canciones, que definitivamente tienen mensajes sociales y espirituales.

Son muchas las delegaciones vallenatas que han visitado diferentes países promocionando el folclor-excelente- por cierto-; ­ ¿pero se han dedicado por instantes a explicar la filosofía de las verdaderas canciones, de cómo nacen y cómo se hacen? Creemos, que se han hecho, pero no con el rigor pedagógico suficiente que esto lo merece, para demostrar la grandeza de este fenómeno musical en Colombia.

La temática de las canciones es universal, la que la hace aún más interesante y apetecida, no sólo en Colombia, sino en otros países que ya miran con respeto y admiración. Aquí se producen los elementos literarios necesarios que contempla una poesía bien elaborada. De allí que se hace necesario implementar una estrategia fundamentada en inculcarle a la juventud lo trascendental de la canción vallenata en una sociedad que está falta que le muestren cosas bonitas y esperanzadoras; eso lo tiene el vallenato.

Con la pedagogía se puede hacer un trabajo interesante, porque allí se plantearían elementos que conducente a una estrategia orientada a la preparación del mismo joven, no solo en esta materia, sino en saber elaborar documentos o escritos con sensibilidad y pasión. Esto se hace con dedicación y responsabilidad, que puede servir de ejemplo en el ámbito. La intención sería buena, pero con una visión que transcienda fronteras.

De esta forma, se hace necesario inicialmente hacer una labor de inducción y concientización con los jóvenes, para que analicen las canciones de ayer y hoy, para que en ese sentido saquen sus propias conclusiones sobre el tema. El trabajo no es fácil porque todo va evolucionando, pero sí generará opinión que conlleve a una visión más amplia de la estrategia que se quiere implementar.

A través de la historia musical vallenata se han creado canciones de tipo social, como por ejemplo el Indio Desventurado, la Profecía, el Campesino Parrandero, Canta Conmigo; dedicadas al campo, a la paz, a los maestros, entre otras, siempre con una intención de protesta, de llamar la atención, en fin una gama de temas, que sin duda son un material que le permitirían a los jóvenes, primero a identificar las raíces de una verdadera canción de este género y como se hace: y segundo la diversidad para plantear y plasmar una situación pasada, actual y futura, como en el caso del tema de la Profecía.

Pero sería conveniente insistir en una idea en la cual se esperaría que se involucrarán muchos estamentos entre educadores, gobiernos secciones, municipales, y la misma sociedad. La conveniencia sería excelente, porque es una forma de educar, incentivar la investigación; instar a los jóvenes a inventar, que de alguna forma esperan desarrollar sus destrezas, pero que necesitan a alguien que los impulse, los apoye y los oriente para conseguir las metas trazadas.

Definitivamente, de una buena estrategia pedagógica, en la cual los directos beneficiados serían los jóvenes, los responsables de esta deben implementar un plan de trabajo eficiente y eficaz, que permita convencer a los demás de la conveniencia de la misma, teniendo en cuenta la riqueza que tienen las verdaderas canciones vallenatas, las cuales fácilmente se pueden escenificar sin ningún inconveniente.

Cien Años de Soledad, que según los estudiosos de la literatura es una canción vallenata, es un fiel ejemplo para que una estrategia pedagógica se aplique con bases sólidas y proyecciones acentuadas en un modelo de educación que necesita cada día ir progresando y exponiendo nuevas pautas de enseñanzas.

INTRODUCCIÓN

La investigación es un e estudio explorativo, descriptivo con un diseño cuasi experimental. Se realizó con un grupo de 25 estudiantes del grado 11º de la Institución Educativa “José Celestino Mutis” de Guacoche Cesar que voluntariamente quisieron participar en la estrategia. Además, se trata de probar una estrategia pedagógica igual a la aplicada por otros investigadores de esta misma especialización quienes la aplicaron en la Institución Educativa Enrique Pupo Martínez de la ciudad de Valledupar, se replicó la experiencia también del grado 11º. con condiciones similares. Por lo tanto, todos los elementos de la investigación son iguales con excepción de los resultados que podrían dar origen a otras investigaciones para hacer estudios comparativos.


Escribir nunca fue una tarea fácil; son muchos los estudiantes que han visto pasar los minutos, las horas y los días ante una hoja de papel en blanco, pero ¿por qué ha sido tan difícil encontrar las ideas adecuadas? ¿Será que no nos han enseñado a escribir? ¿Por qué resulta tan incómodo cuando nos solicitan escribir?

Han sido muchos los escollos sorteados por los docentes en su cotidiano trasegar pedagógico en el aula de clases; pero, sobre todo, vale la pena destacar como problémica la actitud de los estudiantes frente al proceso lecto-escritor, fenómeno que por su magnitud e incidencia en el proceso de enseñanza-aprendizaje se ubica entre los de mayor importancia, debido a que se acrecienta, sin control, ante la mirada atónita de todos, esparciendo en la sociedad sus nocivos y perniciosos efectos.

Se trata, en concreto, de la falta de interés e indiferente desdén de los estudiantes hacia la lectoescritura, lo cual se ha evidenciado en una permanente y progresiva apatía e impericia de los mismos para interpretar, recrear o escribir sus propios textos. A ello ha contribuido la proliferación de mensajes basura a través de canales tecnológicos tan importantes como la televisión, el cine, la música, la red de Internet, e igualmente, la escasa motivación a la lectura en los hogares la ausencia de un trabajo coordinado en las instituciones educativas tendiente a remediar esta anómala situación.

Además de lo afirmado, se ha convenido en señalar como obstáculo perturbador del proceso de lectoescritura, a la inveterada costumbre de los docentes de nivel superior, de endilgar la responsabilidad de la insuficiente preparación de los estudiantes, a los docentes del nivel inferior. En medio de semejante confusión se encuentran los estudiantes, mientras en la docencia cada quien ha tratado de justificar su proceder en vez de reconocer la existencia del problema y concertar esfuerzos orientados a su solución.

La ausencia de ideas para desarrollar un tema, ha sido una de las principales dificultades de los estudiantes para escribir textos debido, posiblemente, a la apatía hacia la lectura, dificultad que ha restringido el léxico y generado mayor repulsión hacia el ejercicio de la escritura.

La ordenación de las ideas, por otra parte, ha generado una complicación más en el proceso escritor de los estudiantes, puesto que, a veces, estos desarrollan dos o más ideas en un párrafo, el cual resulta demasiado extenso e incoherente.

El uso reiterado de conectores aditivos, muletillas y desconocimiento de la acentuación y puntuación, también ha constituido un conjunto de falencias que han presentado los estudiantes en la escritura.

Las deficiencias para las interpretaciones de lecturas, han sido, finalmente, una dificultad que se convierte en una barrera a la hora de identificar la intención comunicativa para argumentar y fijar posición frente a un texto o un autor.

Existe una necesidad de enseñar a escribir a los estudiantes, alentarlos a adquirir nuevos conocimientos y habilidades mediante el apoyo de los maestros, impulsarlos a navegar en el mundo de la comunicación escrita para que sean capaces de redactar los textos que les exija la profesión u oficio en la cual se desempeñen laboralmente o para lograr un excelente desempeño en su ámbito social comunicativa cuando se requiera lograr: convencer, persuadir, informar, reclamar, narrar, enamora u otra a su interlocutor.

Validar la Canción Vallenata como estrategia pedagógica para desarrollar la producción textual de los estudiantes de grado undécimo, de la Institución Educativa José Celestino Mutis de Guacoche Cesar, fue el objetivo de esta investigación, que apunta a resolver la problemática de la falta de competencia escritora de los jóvenes estudiantes.

Por lo tanto, fue necesario determinar, con un instrumento de medición, el nivel de producción textual de un grupo experimental y otro de control, antes y después de aplicar la estrategia, con el fin de establecer que el grado de producción inicial estuviera en igual nivel y además, verificar al final, las diferencias significativas encontradas.

Es importante este estudio, porque las épocas han cambiado y hoy en día gracias a los grandes adelantos científicos y tecnológicos nuestro planeta se ha convertido en una gran aldea, mediante la utilización masiva del fax, Internet, el correo electrónico, los mensajes de texto. Comunicarnos e informarnos se ha convertido en una actividad cada vez más necesaria e indispensable, cada vez más rápida y fácil, como si fuera arte por arte de magia.

En este sentido, el planteamiento de una estrategia pedagógica ha sido siempre, fruto del descubrimiento de una deficiencia en el proceso de enseñanza-aprendizaje, y, a la vez, una reacción que incitó a la búsqueda de soluciones. Tal ha sido el caso de la notoria y escasa producción textual evidenciada en niños y jóvenes de las instituciones educativas de nuestro entorno, especialmente del sector oficial.

Las investigaciones, en cuanto al proceso de escritura han sido relativamente nuevas, sólo han alcanzado un alto grado de desarrollo en las últimas décadas, aunque en el terreno de la comprensión textual es mucho lo que se ha avanzado, a partir de la irrupción de la psicología cognitiva y de las emergentes investigaciones en el marco de la lingüística textual, las cuales llevaron a los estudiosos a concentrase en esta última habilidad comunicativa y por consiguiente a no prestar mucha atención a la producción escrita.

Fue con la aparición de la psicología cognitiva que se abrieron los caminos para los estudiosos guiados por los postulados de Piaget, Vigotsky, Brunner, Ausubel, quienes se ocuparon de explicar los diversos procesos del desarrollo del pensamiento humano, procesos que tienen diferentes etapas y se fortalecen con la interacción socio-cultural.

Siguiendo con el tema que nos ocupa, Esteban Rodríguez Garrido[1], citando a Khol de Oliveira, quien ha interpretado las ideas de Vigotsky sobre la escritura, como sistema simbólico, afirmando que cumple un papel mediador en la relación entre sujeto y objeto del conocimiento, ha sido un artefacto cultural que funciona como soporte de ciertas acciones psicológicas, esto es, como instrumento que facilita la ampliación de la capacidad humana de registro, de transmisión y recuperación de ideas, conceptos e información.

Partiendo del concepto del símil, la escritura sería como el verso del juglar, que ha viajado de boca en boca hasta nosotros transmitiendo información, comunicando, permitiendo conocer otros mundos, otras formas de pensar, otros seres humanos; pero ese verso hace ya muchos años no sólo se canta sino que el hombre lo ha esculpido sobre piedra, papiro, pergamino, papel, material magnético, convirtiéndolo, como argumenta Rodríguez Garrido, en una herramienta para perpetuar su existencia en la tierra y como un elemento de comunicación.

Para comprender mejor cómo el individuo ha desarrollado los procesos cognitivos, examinamos la teoría histórica-cultural de Vigotsky, concretamente, la categoría de la “zona de desarrollo próximo”, donde el individuo relaciona lo que sabe, es decir, los conocimientos previos, determinados por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo próximo, lo que puede llegar a saber, determinado a través de la relación de unos problemas bajo la guía y mediación de un adulto o en colaboración de otros niños más capaces “ es decir, que en un sentido más clásico se entiende como la distancia que se produce entre el nivel del desarrollo actual del niño y lo que el niño debe hacer con la ayuda del adulto”[2].

Erróneamente se ha creído que los escritores nacen, no que se hacen, motivo por el cual se enfilaron todas las investigaciones hacia el campo de la comprensión lectora, olvidando que ambos procesos, lectura y escritura, son similares, que se dan con la interacción social y si la escritura se enseña, al igual que la lectura, necesita de la guía o asesoría de un adulto para que en un futuro ese niño, joven, lo pueda hacer solo.

En buena hora surgió, también, la lingüística textual que tomó al texto como unidad, sin pasar por el párrafo como unidad intermedia. Fabio Jurado, citando a Van Dijk, explica cómo a través de la macroestructura, “representación abstracta de la estructura global del significado de un texto”[3], tiene que ver con el tema global del texto, el que estará dividido en subtemas e ideas claves y a su vez, en palabras, frases, oraciones y párrafos. Mientras que la superestructura corresponde al plan seguido por el escritor, donde las ideas se jerarquizan según el tipo de texto.

Así, entonces, dependiendo de la intención comunicativa del escritor existen diferentes tipos de superestructura. Si su intención es contar, informar, la superestructura será narrativa y dependiendo del tipo de género cambiará; por ejemplo, generalmente una carta consta de encabezamiento, texto y cierre; mientras que a un texto argumentativo la intención que lo asiste es convencer, persuadir, enamorar; por lo tanto tendrá un planteamiento del problema, desarrollo de la argumentación y conclusión.

Se señaló al inicio que las investigaciones en el campo del proceso de producción escrita, son relativamente nuevos. Al respecto, David Cooper[4], reitera que sólo a partir de los años setenta y ochenta, ha habido muchos estudios dedicados a la forma de enseñar a los niños (Colkins, Graves) a partir de tales investigaciones, se ha demostrado que la enseñanza de la escritura no debe estar sujeta a la improvisación y debe ser enseñada. Igual que sucede con la comprensión lectora, es un proceso sobre el cual influye la información previa del individuo y sus aptitudes lingüísticas.

Es improbable que los estudiantes puedan escribir sobre un tema del que no poseen la suficiente información previa y al cual no pueden referirse en el nivel oral. Cooper[5] reconoce que la escritura se produce, se lee e interpreta en contextos sociales y agrega: la escritura es una actividad social.

En el ámbito hispanohablante se han destacado estudiosos como Daniel Cassany, Emilia Ferreiro, Ana Teberoski y María Teresa Serafíni, y en el campo nacional, Fabio Jurado y su grupo de investigadores de la Universidad Nacional.

Desde comienzos de la década del noventa, la evaluación por competencias, en lenguaje, en Colombia, ha estado inscrita en el marco de una reflexión teórica sobre el desarrollo del lenguaje que postula que el proceso de significación de lo humano es una condición indispensable para lograr la formación integral de los sujetos en las diferentes dimensiones de su desarrollo: social, cognitivo, cultural, estético y físico.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Dado que aún nos encontramos a la sombra de la pedagogía tradicional cuyo fundamento es el aprendizaje por repetición y transcripción, la producción textual resulta una labor difícil ya que el estudiante, a la hora de escribir, intenta plasmar en la hoja en blanco, de un tirón, cuanto sabe de un tema y como generalmente carece de plan y suficiente información acerca del mismo, entonces, surge el bloqueo; o simplemente se limita a transcribir literalmente del libro al texto que está “escribiendo”.

La utilización de la Canción Vallenata como estrategia pedagógica para la producción textual, ha permitido observar importantes avances en los Grupos Experimentales, especialmente en lo relacionado con Macroestructura y Superestructura. A nivel de Microestructura, todavía subsisten dificultades en el dominio de elementos cohesivos en la elaboración de párrafos.

Con respecto a la Macroestructura, la estrategia se centró en aspectos puntuales de coherencia, tales como la utilización de una sola idea principal por párrafo, el orden jerárquico de las ideas y además, establecer relación lógica entre tema, idea principal e ideas secundarias.

En cuanto a la Superestructura, -aspecto esencial de la coherencia, determinada por la intención comunicativa del escritor, es decir, qué pretende: informar, narrar, convencer, denunciar- fue notorio el progreso de los estudiantes para identificar diferentes tipos textos de acuerdo con su intencionalidad. También ha sido satisfactorio notar avances en la extensión de los textos elaborados por ellos.

Sin embargo, en el plano de la Microestructura, esto es, lo relativo a cohesión, con la estrategia se abordaron aspectos de concordancia nominal (género, número), uso de conectores y signos de puntuación y acentuación; pero en estos tópicos no se percibieron progresos; las dificultades han subsistido , favorecidas posiblemente, por la todavía baja afición por la lectura, a la escasa importancia dada a estos asuntos y a la negligencia para usar el diccionario.

La estrategia de la Canción Vallenata aplicada durante seis meses a estudiantes de grado undécimo de Educación Media, en la asignatura de Lengua castellana, sí mostró halagüeños avances, pero resulta imposible resolver, en tan breve lapso, las enormes falencias de lectura y escritura que presentaron los estudiantes; sobre todo, porque la producción de textos escritos requiere de estructuras mentales más complejas que las del habla y la lectura, para lograr la coherencia deseada en la comunicación con el lector.

De acuerdo con lo expuesto se recomienda la aplicación de esta estrategia pedagógica durante un periodo de tiempo mucho mas prolongado, iniciándose, de ser posible, en los últimos grados de la Básica Primaria (con las debidas adaptaciones) a fin de fomentar desde temprana edad, hábitos de lectura y escritura que faciliten a los estudiantes el desarrollo de esas capacidades y habilidades en un proceso progresivo y continuo de cualificación de sus competencias lectora y escritora.

La lectura, se ha dicho en forma reiterada, es un proceso enseñable. La escritura, como la experiencia ha corroborado, también es un proceso, mucho más complejo que aquella, pero igualmente enseñable. De ahí parte la recomendación de utilizar cuanta estrategia pedagógica sea posible para promover e incentivar el interés por la interpretación y producción textual, desde el aula de clases, en todos los niveles y en todas las asignaturas, en un esfuerzo concertado e interdisciplinario que permita enriquecer, no sólo el conocimiento, sino también las competencias comunicativas.

También se recomienda desde esta investigación, relacionar a los estudiantes con diversas clases de textos de igual temática y diferentes superestructura e intención comunicativa. Por ejemplo: una canción y un texto narrativo, un poema y un texto periodístico o una canción y un texto expositivo, etc. Esto con el fin familiarizarlos con el manejo textual, intratextual, intertextual y contextual del discurso.

Otra recomendación que se desprende de la aplicación de la estrategia de la Canción Vallenata es la realización de actividades en contextos reales y simulados con los estudiantes, actividades que sin lugar a dudas son verdaderos estímulos que favorecen su producción textual e incentivan su creatividad narrativa y descriptiva. Para tal efecto sugerimos talleres de composición, seminarios, entrevistas, conferencias, encuentros con autores e investigadores, conversatorios, conciertos, festivales y concursos, entre otros.

Finalmente, con la aspiración de que el proceso de escritura no se convierta en extenuante suplicio para los estudiantes, se recomienda (siguiendo los consejos de Cassany, Montagut y Serafini): no forzar a los estudiantes a aprender reglas gramaticales, sino enseñarlas de acuerdo con la necesidad; y para las reglas ortográficas el mejor ejercicio es la abundante lectura que consolida la memoria fotográfica, así como la consulta al diccionario, para absolver dudas.

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[2] ARIAS B, Guillermo. El enfoque histórico-cultural de Vygotsky. Revista Educación y cultura, No. 70. Pág. 61.
[3] JURADO VALENCIA, Fabio. Los procesos de la escritura. Editorial Magisterio, Bogotá D.C. 1997.
[4] COOPER, David. Cómo mejorar la comprensión lectora, Editorial Aprendizaje Vizor. Pág. 376.
[5] Ibid., 386.

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